"...¿Y TÚ?

 

Hoy en mi tiempo de oración a solas con Dios, venía a mi mente un tema, lo intransigentes y legalistas que podemos ser a veces con los demás… porque con nosotros mismos nunca lo somos, claro está.


Por mucho que busco y rebusco… y por más que me esfuerzo en leer las Palabras y hechos de Jesús, en ningún lugar de la Biblia leo que corrigiese a alguien en cuanto a su aspecto físico, en cuanto a su ropa, peinado, etc. 

Y es que Jesús hablaba de las cosas Eternas, iba directo al grano, a lo importante, buscaba en el interior de cada persona su “necesidad verdadera” y como las amaba… les daba su medicina a cada uno… aunque no les gustara.

Recuerdo hoy el tiempo en que volví a los caminos del Señor, tras perderme por 10 años, decepcionada y dolida por malos testimonios que vi y oí en “siervos” del Señor, y en ningún momento nadie de la iglesia que estaba visitando recientemente, al visitarme en casa y ver “la decoración”… (Objetos que no eran del agrado del Señor pero que yo aún no discernía que era así), nadie en absoluto me dijo: ¡¡uyy… eso es malo!! ¡¡No te vistas así…!! ¡¡No te maquilles de ésa manera!!... ¡¡Gracias a Dios!! (Aunque años después sí se hizo y mucho por desgracia).

Porque dónde hay amor… no hay dedos señalando faltas en otros, a menos que Dios así lo indique, o la falta cometida sea dañina también para otros claro, hay que corregir, pero guiados por Dios, en Su Tiempo y a Su Manera, y hay que dar oportunidad al Espíritu Santo para que Él señale y hable personalmente a cada uno de lo que debe cambiar en su vida, y le de la fuerza y la gracia para hacerlo.

Al principio nadie me dijo que tirara cosas… pero Dios sí me lo dijo, y me desprendí sin ningún problema de prendas de ropa, de cuadros, de películas, de libros, de joyas incluso, de muchas cosas que no me hacía bien tener, y no me costó en absoluto porque Dios trajo convicción profunda a mi vida de que eso me estorbaba y no era de su agrado.

Por desgracia, en los años que llevo siguiendo al Señor, he visto todo lo contrario y mucho, he visto tanto legalismo y fariseísmo que te rompía el corazón, he visto muchos jóvenes perderse en el mundo porque sólo han hallado en la iglesia dedos señalando sus faltas, exigencias, burlas, abusos, heridas, pero no han hallado brazos que les abrazaran, ni verdadero compañerismo en amor, ni comprensión y misericordia en sus caídas, ni el carácter de Cristo en muchos “lideres”, sino criticas, reproches, murmuraciones y falsedad… mucha falsedad.

Exigencias que Jesús mismo no les estaba pidiendo aún, perfección por dentro y por fuera… en un tiempo en que Jesús estaba tratando con su interior muy dañado, y lo externo no era tan “urgente” aún… porque Dios nos sana de dentro a afuera, pero a veces pretendemos que vidas que llegan al Señor devastadas, destruidas totalmente, enseguida vayan ya con la “imagen perfecta” de un “cristiano”…, mejor sería que nos preocupáramos más por cómo estamos nosotros de “perfectos” en Dios, antes de señalar a otros que nos parecen “pecaminosos” por su apariencia externa…

Sí… muchas veces seguimos viendo “la ramita” en el ojo ajeno… sin ver que nosotros tenemos… “un árbol entero” en el nuestro, somos muy indulgentes con nuestras “peculiaridades”, y muy duros con los “pecados” de los demás… así nos va, el mundo sabe muy bien cómo ganarse a las almas, pero nosotros (la iglesia de Jesucristo) teniendo lo más poderoso que existe : EL AMOR y LA VERDAD, herimos y maltratamos a nuestros hermanos en la Fe, al punto de que muchos no lo soportan y se van al mundo… ¡¡Dios nos perdone!!

Y… no… no digo que “pasemos por alto”… los pecados y hagamos “la vista gorda” para que la gente no se vaya… ¡NO!, todo lo contrario, hay que confrontar el pecado y llamar las cosas por su nombre, y desde los púlpitos predicar más de la santidad, del arrepentimiento, de la confesión, del pecado, del pedir perdón… etc, pero hacerlo EN DIOS!!

Porque cuando es el Espíritu el que dirige una reunión, cuando Él toma a una persona y habla por su boca, tocará donde debe… Y COMO DEBE, sin traer acusación ni condenación jamás, dando a la vez bálsamo y ungüento para sanar la herida causada… porque Él hiere… pero también Él sana… (Job 5:18), sí es Él el que actúa claro.

Y es que por desgracia en muchos lugares en éstos tiempos, se suelen usar los púlpitos para llamar al orden a personas determinadas sin tener que confrontarlas personalmente, para manipular congregaciones y expoliarlas, para intereses personales, para seducir a incautos, o dicho de otra manera, no predica Dios… sino el hombre.

En muchos lugares no se predica a Cristo, sino que se cuentan “experiencias” personales que engrandecen al hombre, se presume de “logros”, de “revelaciones”…, se hacen “espectáculos espiritualoides”…, se piden “ofrendas” para que “algunos” vivan a cuerpo de rey sin dar golpe…, a costa del sacrificio de otros, y se cierran las Biblias… lo único que trae sanidad, liberación y transformación de las almas, 
(2 Timoteo 3:13-17), tristes y peligrosos tiempos vivimos…

Necesitamos volvernos a DIOS de todo corazón, arrepentirnos con todo nuestro ser, escucharle y obedecerle, ser sensibles a Su Voz, y dejar que Él dirija Su Iglesia, ser verdaderos discípulos Suyos, y pasar por lo que Él permita en nuestras vidas, confiados… porque ÉL NOS AMA.

NO OLVIDEMOS que por “Sus frutos” se conoce el árbol, como Jesús dijo, no por su aspecto externo… ¿recuerdas la higuera? (Marcos 11), así que haríamos bien, según mi humilde opinión, en pasar más tiempo de calidad con Dios, escuchándole, y menos tiempo (Ojalá que ninguno) observando, evaluando y criticando a los demás, y mejor ORAR por los “defectos” que vemos en los demás y pedirle a Dios que les hable y ayude a ser más cómo Él… en lugar de criticar y murmurar, claro que si lo hacemos es muy posible que escuchemos algo así: “¿Y TÚ?”

"También les dijo por parábola: ¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No es cierto que ambos caerán en el hoyo? El discípulo no es más que su maestro, y cualquiera que haya sido plenamente instruido, será como su maestro. ¿Por qué miras la brizna que está en el ojo de tu hermano, y no notas la viga que está en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja que saque la brizna que está en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que está en el tuyo? ¡Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claramente para sacar la brizna que está en el ojo de tu hermano!

No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol es conocido por su fruto: No se recogen higos de los espinos, ni se vendimian uvas de la zarza. El hombre bueno, del tesoro bueno del corazón saca lo bueno, y el malvado, del malo saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla su boca.

¿Por qué me llamáis: Señor, Señor, y no hacéis lo que digo? Os mostraré a quién es semejante todo el que viene a mí, y oye mis palabras, y las hace. Es semejante a un hombre que edifica una casa, el cual excavó profundamente y puso el cimiento sobre la roca; y viniendo una inundación, el torrente embistió contra aquella casa pero no pudo sacudirla por estar bien edificada. Pero el que oyó y no hizo, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre la tierra, sin cimiento, contra la cual irrumpió el torrente y al instante cayó, y fue grande la ruina de aquella casa."

Lucas 6:39-49 - BTXT

 

¡¡DIOS OS BENDIGA!!


Gely Verjuan

 

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